La gris realidad peruana
Por: Selene Revilla-Comunicadora social de la UNP
Después de tres décadas consecutivas de avances económicos, educativos y sanitarios, el mundo dio un paso atrás a causa de la pandemia de COVID-19.Entre las graves secuelas del coronavirus hay una que afecta directamente al futuro de las personas de distintas naciones, en especial de aquellos países en vías de crecimiento: el retroceso en el desarrollo humano.
Es importante explicar, que este tipo de desarrollo es multidimensional, compuesto por el ingreso monetario y otros factores importantes, como la educación y la salud que juntos dan una respuesta mucho más enriquecedora a comparación de que si solo miráramos lo económico.
De por sí en América Latina, aunque Chile en menor medida, es una región de grandes contrastes, donde la riqueza y la prosperidad coexisten con la vulnerabilidad y la pobreza extrema. La región se caracteriza también, por un volátil y bajo crecimiento que se encuentra rodeado de desigualdad limitando la capacidad de progresar en todos los frentes de desarrollo humano.
Nuestro país, en el ranking de IDH, se encuentra en el puesto 84 de 189 economías, y si bien se dice que ha experimentado un progreso sostenido creciendo a una tasa acumulada de más del 60%, la realidad es otra. La realidad peruana está llena de incertidumbre, caos y desigualdad. La educación es precaria, y en algunos rincones es inexistente. La pandemia desmanteló a una sistema sanitario en abandono, disminuyendo así, el índice de esperanza de vida en nuestra nación.
A causa de factores externos, la guerra de Rusia y Ucrania, encontró a un sistema político con falta de plan estratégico para enfrentar crisis de esta índole, trayendo repercusiones en el bolsillo de miles de Peruanos y afectando en la canasta básica familiar. Y es que precisamente, nuestra realidad política fragmentada también es uno de los principales problemas por lo cuales nuestra nación no avanza como debería hacerlo.
Diariamente nos preocupamos por las crisis internas que albergan en la nación, y en mayor medida el causante de estas crisis es nuestro inestable sistema político que pone en último lugar a cuestiones importantes como lo es mejorar la atención médica, la educación, disminuir la brecha de la pobreza y aumentar la igualdad para que cada ciudadano tenga una mejor calidad de vida.
Además de ello, el cambio climático, es un verdadero desafío para el Perú, pues lo ha colocado como uno de los países más vulnerables con débiles capacidades de respuesta frente desastres, ya que carece de infraestructura adecuada para enfrentar sequías e inundaciones extremas. Es oportuno mencionar que los ciudadanos que habitan en países en vías de desarrollo corren un riesgo mayor de ser afectadas, disminuyendo al desarrollo humano de manera diferenciada, con mayores impactos en los sectores más vulnerables y pobres de la población acentuando los problemas de equidad y acrecentando las brechas
sociales.
De igual manera, un problema latente en nuestro país, en la amplia desigualdad que ensombrece el progreso del IDH. Si nuestro IDH se ajusta al nivel de desigualdad que existe en el Perú, este decaería notablemente, y es que es evidente que este tema es uno de los retos más importantes porque aquellos países que tienen una mayor desigualdad tienden a tener un progreso más limitado, entonces si tenemos un país con menos desigualdad abrimos un tejido social que nos permite avanzar en el desarrollo humano.
Para culminar, puedo decir que si bien el Perú ha tenido un crecimiento económico en los últimos años y ha contribuido a reducir la pobreza de manera significativa, la población también debe tener acceso a mejores servicios de salud y educación, así como el gobierno debe ser el que le brinde seguridad a la población. De esa manera, se reflejará un cambio; nuestra realidad dejará de ser gris y el índice de desarrollo humano en el país aumentará notoriamente.
Comentarios
Publicar un comentario