El periodismo y la búsqueda de la verdad
Por: Selene Revilla-Comunicadora social de la UNP
El periodismo despierta reacciones indistintas. Unas para bien y otras para mal. Sus admiradores elogian su papel como defensor de la libertad del ciudadano ante el poder. Sus detractores no la soportan y quieren acabar con todo vestigio de libertad de expresión, acabar con la objetividad, y búsqueda de la verdad, piedra angular en toda sociedad.
A propósito de esto, Jack Fuller, autor del libro Valores periodísticos, afirma que el objetivo principal del periodismo es decir la verdad para que la gente tenga la información que necesita para poder ser soberana. Fuller en su best-seller refleja su filosofía frente a esta profesión. Una obra en la que recoge sus experiencias y vuelca su visión sobre los desafíos que enfrenta el periodista y, sobre todo, en los marcos éticos en los que debe desarrollarse.
El libro consta de tres partes; la primera, abarca sobre la verdad y las disciplinas fundamentales que debe adquirir un periodista; la segunda, acerca de los asuntos de expresión; y la tercera, sobre el futuro de los periodistas. Dicho esto, el presente escrito pondrá especial énfasis en la primera parte, en dónde se examina la naturaleza del reclamo a la verdad.
Para Fuller, si bien los directores de periódicos siempre habían sostenido que imprimían la verdad y nada más que la verdad, para él, hasta el siglo XX, la credibilidad no siempre ha estado dentro de los informes noticiosos. Sin embargo, en las primeras décadas de este siglo, los periodistas empezaron a apostar que el periodismo debía aspirar a una norma más alta de la veracidad en las noticias.
Este autor concibe a la noticia como un informe de lo que ha conocido recientemente una organización noticiosa sobre asuntos de alguna comunidad específica. No obstante, el periodista también puede tratar de manera exhaustiva hechos recién descubiertos a costa de lo que ocurrió antes. Asimismo, explica que el hecho noticioso mira más allá de las preferencias personales del periodista e incluye elementos como la atemporalidad, el interés e importancia de una sociedad determinada.
Es por esa razón, que el periodista tiene un sesgo de la información que interese a su público. La curiosidad humana es el reflector y el periodista van hacia donde el reflector apunta, y sabe a la perfección que por lo general el público se inclina hacia las noticias malas. No obstante este sesgo, restringe indiscutiblemente cualquier pretensión de veracidad que haga el periodismo. Sin embargo, ¿Cuál es la veracidad a la que deben inclinarse?
El texto nos indica, que para que una noticia tenga veracidad debe cumplir con los elementos de ser oportuno, interesante y significativo, en la cual puede reflejar la realidad o mostrarla distorsionada, pero como nos explica Pulitzer, la veracidad debe originarse desde lo más pequeño, debido a que si te equivocas con ello, no serás veraz para las cosas más grandes, y por ende, la gente no te creerá.
Además de la veracidad, la objetividad es el punto de partida para seguir el camino correcto del periodismo, y aunque nadie jamás ha logrado hacer un periodismo objetivo, el tener un estilo de esta índole ayuda a generar cierta expectativa en los lectores al tratar de determinar cuál es la realidad del periodista que trata de presentar con objetividad.
Como mencioné anteriormente, el periodismo nunca es objetivo, debido a esto, los periodistas para seguir cumpliendo con su tarea de veracidad son neutrales actuando sin favoritismos. Sin embargo, la neutralidad deja muchas cosas sin resolver, ya que este principio no acepta juicios de valor debilitando la relación entre el periódico y su comunidad haciendo difícil que la gente encuentre en el diario una voz con la que se puedan identificar.
La virtudes como la honestidad, la empatía y la responsabilidad están dentro de lo que se conoce como honestidad intelectual. Una regla de oro propio de un periodista ejemplar, que enlaza la verdad sacando determinadas conclusiones con sabiduría de manera que pueda reflejar un verdadero trabajo de integridad intelectual. Sin duda alguna una regla de oro importantísima que deben tener las noticias o reportajes.
La imparcialidad, también una regla de oro, nace bajo un dicho “el periodismo debe reconfortar a los afligidos y afligir a los reconfortados”, realizando una invitación para que los periodistas aboguen por los más débiles y luchen en contra de los poderosos. No obstante, este concepto trae consigo una serie de consideraciones, cuestionandonos ¿Deben los voceros de la verdad afligir a los confortables, incluso cuando no están generando ningún tipo de daño? Esta regla de oro debe ir de la mano con la honestidad intelectual para entender de manera oportuna este concepto en todos los ámbitos, pero es importante mencionar, que la imparcialidad, por lo general, inclina una cierta postura hacia los desfavorecido.
Si bien la honestidad intelectual te permite sacar conclusiones sobre un evento en específico, el periodista debe mostrar modestia en sus juicios de valor aprendiendo a frenar sus opiniones, ya que reservarse el juicio final facilita el manejo del pluralismo entre los reporteros del periódico, así como, permite al público entender las complejidades de la noticia.
Tener en cuenta, lo mencionado anteriormente, no implica que un periodista no tenga que pasar por un grado de pruebas antes de publicar la aseveración de un hecho. La verificación ayuda a establecer credibilidad, por lo que para el periodista lo primordial es su fuente de información, y para ello, principalmente exigen que información se pueda atribuir a una fuente que esté dispuesta a que se le identifique con su nombre, dejando en evidencia que las fuentes anónimas generar un verdadero desafío ante la veracidad de las noticias.
Para culminar puedo decir que, existe una línea muy estrecha entre la veracidad y la falsedad, eso depende de la ética profesional del periodista en poner en práctica principios como lo es la objetividad, imparcialidad, neutralidad, etc. y aunque generalmente nos incitan a pensar que dichos principios no conducen a una verdad periodística, el tomarlos en cuenta es un gran paso para no caer en acciones que atentan contra el verdadero periodismo.
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