Un mal de nunca acabar
Por: Selene Revilla-Estudiante de Ciencias de la Comunicación en la UNP
La inseguridad ciudadana hoy en día se ha convertido en uno de los principales problemas que preocupan al país. La delincuencia ha incrementado vertiginosamente y son el reflejo de la falta de un plan estratégico por parte de nuestras autoridades para contrarrestar este mal. La delincuencia crece, pero el gobierno solo usa el 35.8% de su presupuesto para la seguridad nacional.
Si bien la Policía no se ha quedado de brazos cruzados, sus esfuerzos son nulos ante la delincuencia latente que nos acecha día a día. Los índices de delitos cometidos trascienden negativamente en el bienestar y calidad de vida de miles de peruanos. Este flagelo continúa ganando espacios y causando temor entre la población, razón suficiente para que nuestra Policía redoble sus esfuerzos, a fin de bajar con más intensidad los índices de inseguridad en las calles.
Sin duda acabar con este mal constituye un reto integral, en el cual deben tomar parte el Gobierno, las regiones y las autoridades locales. Vencer a la delincuencia y al crimen organizada constituye un trabajo grupal, porque debe involucrar a todas las instancias del Estado y las políticas públicas, puesto que, de nada sirve que la Policía cumpla su tarea de capturar a los maleantes, si en poco tiempo estos recuperan su libertad por la desidia de fiscales y jueces incapaces frente al desafío que se les plantea.
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