Deplorable sector educativo
Por: Selene Revilla-Estudiante de Ciencias de la Comunicación en la UNP
Tras dos años de confinamiento social intermitente, el regreso a clases presenciales en la región fue muy esperado por estudiantes y docentes, pero más allá de la felicidad que debía generar, provocaba un sentimiento de angustia y preocupación por la paupérrima infraestructura de los colegios, la falta de servicios básicos, y el nulo equipamiento de salones. Estas deficiencias, en los colegios y salones se han presentado desde hace años, dejando en evidencia la pésima gestión del Ministerio de Educación por mejorar este servicio.
Este retorno a la presencialidad, ha exigido a la Contraloría General a realizar visitas a los colegios públicos de Piura. De las visitas efectuadas, se observó que un 69% presentan mal estado en losas deportivas, un 64% daños en ventanas de aulas, un 62% en puertas, un 52% en paredes, un 49% en pisos y 48% en techos. De igual manera, se observó deficiencias en la falta de servicios básicos, un 21% no cuenta con servicios de desagüe y un 30% tiene restricción del servicio de agua y electricidad.
Este panorama, afecta indudablemente la integridad y salud de la comunidad educativa, es por ello, que se deben mejorar las condiciones laborales de los estudiantes y docentes, a fin de promover un óptimo aprendizaje, ya que, contar espacios de aprendizaje en buen estado es determinante en el momento de lograr que los alumnos obtengan los resultados académicos esperados. Para disminuir este problema, no se debería esperar que los centros educativos estén en pésimas condiciones, se debería tener un mayor control, a través de visitas constantes por parte de esta entidad, para identificar las fallas o carencias, y brindar un documento a la institución educativa que respalde la solución de estas deficiencias en un periodo determinado.
No sólo existen deficiencias en cuanto a la infraestructura o carencia de servicios básicos, sino también dentro las asociaciones educativas. APAFA es un claro ejemplo de ello, dado que muchas veces realizan cobros exorbitantes a padres de familia con la excusa de realizar obras en pro de los estudiantes, sin embargo, todo el dinero recaudado muchas veces cae en saco rato.
Precisamente, cae en saco roto, debido a que no cumplen con estatutos que se requiere, es decir, no emiten boletas, ni mucho menos son fiscalizados. Este problema podría acabarse, si el Ministerio de Educación fiscalizara todo el actuar de esta asociación, de igual manera, los padres de familia deben exigir boletas por cada pago realizado. Al igual, que se les debe pedir mensualmente un informe que detalle hacia donde va el dinero y con que propósito se gasta.
Indudablemente, en el sector educativo existe corrupción, lo que perjudica a miles de estudiantes. Por un lado, las obras para mejorar los colegios son paralizadas por falta o robo de cuantiosos millones, y por otro lado, la APAFA se ha convertido en una mafia que lucra con el bolsillo de los padres de familia. Es hora de que el Ministerio de Educación tome cartas en el asunto, porque no se mide la riqueza de un país por el dinero o minerales que posea , sino por el nivel de educación o cultura que brinda a cada ciudadano.
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