Comentario del libro "Ensayo sobre la ceguera"

Por: Selene Revilla-Estudiante de Ciencias de la Comunicación en la UNP 



 “Un hombre parado con su auto ante un semáforo rojo se queda súbitamente ciego. Es la primera víctima de una epidemia de ceguera blanca que se expande de manera fulminante”. A primera vista, con este párrafo, pareciese que el libro se tratara de una enfermedad, semejante a la del covid-19 que obliga a toda la población a estar en cuarentena. Sin embargo, la pandemia queda en segundo plano con la intención de narrar  una aterradora parábola sobre  el ser humano que atrapa lo más conmovedor y miserable de nosotros mismos.

Este libro escrito por José Saramago, es una crítica a la sociedad y más que una narrativa literaria, destaca por ser una caracterización filosófica, tocando temas como el existencialismo, la ética y la moral. Al autor poco le interesa conservar las formas literarias, por ello, la obra carece de diálogos, sólo consta de comas, puntos, y punto y comas; pero esa manera tan caótica de escribir es lo que genera emoción. Una vez que coges el hilo no hay vuelta atrás.

Este libro es de carácter reflexivo, por esa razón la mayor parte de la historia transcurre en un solo lugar, porque no se necesita mucha acción para absorber lo que Saramago  quiere transmitir, ya que a medida que vamos leyendo y con la lentitud en cómo se desarrolla la obra nos permite ir reflexionando, cuestionándonos  a nosotros mismos, cuestionando al ser humano.

El autor se centra en el ser humano, y precisamente desentraña a cada personaje, sacando a relucir ese instinto propio del hombre, dejando de lado la parte civilizada en la cual el  intento de sobrevivir a cualquier precio es mucho más importante que la dignidad y los valores morales que puede poseer cada persona. Es allí dónde nos cuestionamos hasta  donde llegaría el ser humano en situaciones extremas, hasta donde podríamos llegar cuando la razón se nos ha segado.

Del mismo modo, en el libro también nos habla acerca de la verdadera esencia del ser  humano, sobre lo que somos o lo que dejamos de ser. Esta premisa la podemos comprobar  en el siguiente párrafo “Y para qué lo quería yo, a ver, dígame entonces qué pasaría hoy  si todos los que están ahora ciegos hubiesen perdido, digo perdido materialmente, los ojos de cristal, Realmente no serviría de nada, Si acabamos todos ciegos, como parece que va a ocurrir, para qué queremos la estética y en cuanto la higiene, dígame, doctor, qué higiene hay aquí, Probablemente, solo en un mundo de ciegos serán las cosas lo que realmente  son”.

Es por esa razón que los personajes no tienen nombres, ya que Saramago los califica por las acciones que realizan o por las características que posean. Por ejemplo, el médico, la mujer del médico, el ladrón, el niño estrábico, etc. Del mismo modo, los nombres quedan en segundo plano, porque el autor busca que el lector se identifique con cada uno de ellos.

José Saramago, critica al individualismo, la falta de empatía, el egoísmo que abunda en la sociedad, pero sobre todo critica los abusos de autoridad y esa hambre de poder que  tiene el hombre para gobernar. Critica a la religión, y lo podemos comprobar con la frase  “Los ciegos viendo su ceguera” cuando los ciegos están dentro de una iglesia, dando a entender que la religión es una limitación que conduce al hombre a su encierro espiritual  y no permite ver más allá de lo que tienen en frente.

Debemos decir, que, la ceguera es una metáfora de la ignorancia, en la cual el hombre no  quiere ver ni aceptar lo que sucede a su alrededor. No solamente están ciegos aquellos que han perdido la visión, sino también, aquellos que tienen miedo afrontar la realidad, aquellos que se esconden y huyen de ella, aquellos que prefieren estar ciegos para no ver  la verdad. Eso lo podemos deducir con la siguiente frase “creo que no nos quedamos  ciegos, creo que estamos ciegos, ciegos que ven, ciegos, que, viendo, no ven”.

La ceguera es un símbolo en sí; dado que nublamos nuestra visión, nuestro conocimiento se ve obstaculizado por la ignorancia. Saramago nos incita a reflexionar, sobre nosotros,  somos ciegos por esa incapacidad de ver más allá, por ese conformismo que limita a la  razón. Pero, ¿qué sucede cuando nos acostumbramos a esa ignorancia?; nos volvemos  susceptibles a ser engañados, somos unos títeres manejados por una sociedad corrompida. Por ello, puedo decir que el libro puede resumirse en una frase que usamos tan cotidianamente “no hay peor ciego que el que no quiere ver”.

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